EL MUNAY KI actualizado
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Es una transmisión energética de persona a persona que, gracias a los Qeros, nativos de los Andes del Perú, posibilitan el acceso al reencuentro con tu ser y su sabiduría ancestral, conectándote de una manera armónica a el conocimiento chamánico que hasta hace pocos años se entregó a el “hombre blanco”.
Esta transmisión energética ancestral ayuda a sanar heridas kármicas, activa tu campo energético toroidal, activa y limpia tus chakras. Se entregan métodos de trabajo con animales de poder, con los elementales de la Tierra y ayuda a la conexión con el Cosmos desde la cosmovisión chamánica.
Es una herramienta de empoderamiento para estos “tiempos” de cambios.
Al tener los ritos en ti, podrás también compartirlos después de ciertas prácticas que se deben realizar.
El chamanismo es un camino de VIDA, un desafío y un honor.
Este desafío es la misión que implica el ser parte de estos ritos, convirtiéndote en un guardián de la Tierra y recordando tu legado ancestral.
Munay es una palabra que proviene del idioma quechua de Perú y significa EL PODER ABSOLUTO DEL AMOR.
Las antiguas profecías de los pueblos originarios hablan de un nuevo ser humano en el planeta: aquél que vive libre de miedo y reside en su naturaleza trascendental. El Munay-Ki contiene los códigos de este nuevo ser humano. Dichos códigos son entregados a través de “transmisiones o iniciaciones energéticas”, en forma de “semillas”, siendo labor y responsabilidad de cada quien germinarlas, crecerlas y actualizarlas.
Munay ki significa en este contexto de 9 rituales desde la iniciación de los códigos de Munay Ki que vas a recibir durante la práctica para convertirte en una persona llena de sabiduría y poder, que vive a través de una constante comunicación con el amor en el corazón, siempre conectada a un gran todo, la fuente de toda la vida y del amor.
Los nueve ritos del Munay-Ki han sido transmitidos en el mundo y ha pasado de generación a generación dentro de las tradiciones chamanicas, con diferentes estilos por distintas culturas. Los ritos encuentran su origen en los grandes ritos iniciáticos del Valle del Indo y fueron traídos a las Americas por los primeros hombres y mujeres de medicina que cruzaron el Estrecho de Berín durante la era glacial hace unos 30,000 años. Estos valientes viajeros son conocidos como los Laikas: Guardianes de la Tierra del presente, pasado y futuro.
“Los Laikas siempre han sido hombres y mujeres ordinarios viviendo vidas extraordinarias”.
No es que nazcan con atributos espirituales especiales, sino que, a través del rezo, del estudio de las tradiciones de sabiduría o Revelaciones y de la disciplina, adquieren su gracia y poder. Algunos de ellos se convierten en reconocidos sanadores o líderes, mientras que otros eligen vidas apacibles, se dedican a criar a sus hijos y al cultivo del maíz. Ellos han sabido siempre que la gente buscaría el Munay-Ki cuando estuviera lista y sintiera el llamado para hacerlo.
Muchos de nosotros hemos sentido este llamado del Espíritu y hemos anhelado hacer una diferencia en el mundo en el que vivimos. Cuando nos acercamos al camino de Los Guardianes de la Tierra con una intención sincera y el corazón abierto, notamos rápidamente que no estamos solos. Nos encontramos en la compañía de personas afines que aspiran a llevar vidas inspiradas por la ética y la visión.
Los códigos de Munay- ki son códigos energéticos que recaen sobre un campo luminoso, en tu cuerpo de luz son transportados como semillas.
Conforme recibimos el Munay-Ki nuestros chacras se aclararan y vamos adquiriendo lo que los Laikas conocen como el Cuerpo de Arco Iris.
Esto sucede cuando nuestros chacras irradian su luz original. Recordemos que cada chacra tiene un color y cuando todos brillan en su color original emiten los colores del arco iris. Cuando nuestros chacras han sido “ensuciados” por traumas pasados, de esta u otras vidas, nuestra el aura adquieren un tono grisáceo y nuestros chacras se vuelven “albercas de desperdicio” psíquico. Una vez que adquirimos el Cuerpo de Arco Iris, los Guardianes de la Tierra pueden conectarse con nosotros porque reconocen que tenemos un llamado y visión en común. Cuando esto sucede y si hemos desarrollado la habilidad de ver el mundo invisible, podemos discernir las formas físicas de estos seres luminosos.
Los códigos Munay Ki son aquellos que transforman tu colorido y rico campo de energía en algo agradable y lleno de Amor. Un Amor más inmenso, luminoso, poderoso y de otra intensidad.
Y es a través de eso que se realiza una gran transformación.
El Munay-Ki puede borrar heridas del pasado tanto kármicas como genéticas. El Munay-Ki actualiza el DNA permitiéndole a una persona crear un nuevo cuerpo que sana, envejece, y muere de una manera distinta, más favorable.
El Munay-Ki es una invitación a convertirse en una persona de poder, visión y sabiduría.
Los ritos iniciáticos son:
1) Hampe o rito del sanador
2) Chumpi o bandas de poder
3) Ayni o rito de la armonización
4) Kawak o rito del vidente
5) Pampa mesayok o guardián del día
6) Alto mesayok o guardián de la sabiduría
7) Kurak akuyek o guardián de la Tierra
8) Mosok o rito del Porvenir
9) Rito del Creador/a
10) El Rito del Útero.
11) El Rito de la Próstata
Este rito fue entregado para sanar y liberar las memorias de sufrimiento, miedo, dolor, opresión y abusos generados por los desbalances en las energías femeninas y masculinas ocurridas desde tiempos inmemorables en el planeta Tierra. En estos tiempos de integración, el espíritu de la selva ha querido que se sanen desde el lugar donde florece la vida antes de nacer en la tierra. Esta sabiduría se transmite de útero a útero, de próstata a próstata invocando la energía del linaje de mujeres y hombres medicina que se han liberado de estas memorias de miedo y dolor. El espíritu de la selva nos recuerda esta vital y simple verdad: El útero y la próstata no es un lugar para guardar miedo o dolor; es para crear y dar luz a la vida.
La Ceremonia de Munay-ki.
La Piedra Pi.
La piedra Pi es una piedra redonda, plana con un hueco en el centro. Con esta piedra se hace las iniciaciones de Munay-Ki.
La piedra Pi está regida por tres grandes principios: tanto por fuera como por dentro, de arriba hacia abajo. Los pactos entre el mundo visible y el invisible. De este modo puedes ver la piedra como un objeto de iluminación y transformación.
Además también puedes ver la piedra Pi como un instrumento que te llevará a las tres dimensiones del Universo. En otras palabras, la piedra Pi es el símbolo del ser humano. Nuestro cuerpo de luz que como una especie de dona nos da nuestro cuerpo carnal que está conectado con nuestros chacras que se encuentran en nuestro cuerpo. Tú puedes ver tu cuerpo dentro de una especie de tubo de luz que llega desde el universo y pasa sobre toda ti llegando hasta la mitad de la tierra. Este es tu lugar de fuerza, tu campo luminoso lleno de energía, en cual se conecta con todas las energías y espíritus fuera de nuestros sentidos. Ellos usan este campo luminoso para trabajar con nosotros a través de nosotros mismos para agrandar el potencial luminoso. Como un don personal, para que nuestra única manera sea la de aportar de manera positiva al gran todo.
Y tercero puedes usar la piedra Pi como una piedra normal común y corriente. Con los cuales tengan objetivos medicinales que puedan curar a alguien. Como nosotros, tan comunes como somos. Con nuestras intenciones podemos llegar a convertirnos en unas grandes personas, aquí y ahora podemos comenzar. Y cuando hayamos alcanzado este glorioso momento, será momento también para que podamos transmitirlos y dárselo a otros del mismo modo.
Todo el trabajo espiritual, como aquí en la iniciación del Munay- ki, se desarrollan en un lugar seguro y sagrado. Dentro del chamanismo se trabaja en un lugar sagrado, en un lugar en el cual las energías y los espíritus son invocados para protegernos y para que nos ayude en nuestro trabajo celestial.
Para crear un espacio sagrado, se deben aprender unos pasos importantes de modo que también lo puedas desarrollarlo en casa y puedas trabajar de un modo bueno y seguro.
Creación de un espacio sagrado:
Se dirige al rumbo cardinal al cual se invoca.
Por el viento del Sur, invoco a la hermana serpiente,
Envuelve de líquido suavemente alrededor mío.
Ayúdame a dejar el pasado, atrás mío,
Como sueles cambiar de piel, cada vez de nuevo.
Enséñame a seguir mi sendero de amor
Y guíame en el sendero de la belleza interior.
Por el viento del oeste, invoco a la madre jaguar.
Protege mi espacio medicinal Y muéstrame el camino de de la suavidad y de la paz.
Enséñame a vivir llena de desaposesiones, sin angustia.
Y muéstrame el camino más allá del miedo, más allá de la muerte.
Por viento del norte, invoco al hermano colibrí,
Saludos a los abuelos, abuelas y antepasados.
Vengan a mí, calienten sus manos en el fuego,
Yo respeto todos los seres con los que he vivido,
Y toda mi descendencia que vivirá en un futuro.
Al viento del oeste, invoco al gran Águila, cóndor,
Ven a mí desde tu lugar tranquilo, cerca del sol naciente.
Muéstrame las alturas, en donde solo me atrevo a soñar.
Enséñame a volar, aleteo por aleteo,
Conectado con la gran fuerza del espíritu.
Madre tierra, la invoco con el amor gusto.
Nos hemos reunidos para sanar a sus hijos
Por los minerales, vegetales, los de cuatro patas, dos piernas,
los que nadan, los que vuelan y los que se arrastran.
Todos nuestros familiares.
Padre cielo, Abuela Luna, hasta el reino estelar.
Gran espíritu, Usted que se hace llamar con más de
100 nombres diferentes y el cual no se puede poner nombre.
Le agradecemos por reunirnos y por enseñarnos entonar la canción de la vida
para poder llevar una vida iluminada cada día
La ceremonia del fuego
Durante el tiempo que se da las iniciaciones también se trabaja con la ceremonia del fuego donde uno alimenta las semillas con la ayuda de tus intenciones y el fuego.
Los Nueve Ritos
El primer rito se le conoce como el "Rito de las Bandas de Poder" y consiste de 5 bandas energéticas que, al ser instaladas en nuestra aura funcionan como filtros y convierten cualquier energía negativa que se atraviese en nuestro camino en energía de luz, que nos alimente en lugar de intoxicarnos o enfermarnos. Cada banda representa a un elemento distinto: la tierra, el agua, el fuego, al aire y la luz pura. Una vez instaladas, las Bandas de Poder siempre quedan activas o “encendidas”, y las energías negativas rebotan en ellas. Estas bandas nos proveen de una protección esencial.
El segundo es el “Rito de los Sanadores”, el cual nos conecta al linaje de Guardianes de la Tierra del pasado que viene a asistirnos en nuestros procesos de sanación personal. Los Laikas saben que contamos con una tremenda asistencia espiritual que está siempre a nuestro alcance. Los seres de Luz de este linaje de sanadores trabajan en nosotros a través de nuestras meditaciones y mientras dormimos, sanando las heridas de nuestro pasado y las de nuestros ancestros.
El tercero es el “Rito de la Armonía”. Aquí recibimos siete arquetipos; uno en cada chacra. En el primer chacra recibimos el arquetipo de la serpiente; el jaguar entra en el segundo; el colibrí en el tercero y el águila/el cóndor en el cuarto. Tres “arcángeles” entran en nuestros tres chacras superiores: Huascar Inka, guardián de nuestro inconciente es transmitido a nuestro quinto chacra; Quetzalcóatl, el Dios en forma de serpiente emplumada de las américas y guardián del mundo medio (nuestro mundo de vigilia) va al sexto chacra y Pachakuti, protector del supra mundo (nuestra supra-conciencia) y guardián del tiempo venidero, es colocado en nuestro séptimo chacra. Podemos decir que recibimos los tres guardianes de mi subconsciente, mi conciente ahora y mi supra consciente.
El cuarto es el “Rito del Vidente”. Este rito instala filamentos de luz que se extienden desde nuestra corteza visual en la parte trasera de nuestra cabeza hacia nuestro tercer ojo y hacia el chacra del corazón, despertando en nosotros la habilidad de percibir el mundo invisible. La gran mayoría de los estudiantes que reciben los Ritos del Vidente son capaces de percibir el mundo energético a su alrededor después de algunos meses.
El quinto es el "Rito de los Guardianes del Día". Los Guardianes del Día eran los maestros que cuidaban los antiguos altares de piedra en los lugares sagrados de todo el mundo, desde Stonehenge hasta Machu Picchu. Un Guardián del Día tiene la capacidad de dar la fuerza existente en estos altares antiguos para sanar y traer balance al mundo. Este rito es una transmisión energética que nos conecta al linaje de estos guardianes, quienes se dice llaman al sol para que se alce cada mañana y para que se ponga cada tarde, asegurándose de que los seres humanos nos mantengamos en armonía con la madre Tierra, honrando las formas de lo femenino. Los Guardianes del Día eran parteras que atendían los nacimientos y muertes, hierberas y curanderas. Eran mujeres y hombres, sabias en las formas de lo femenino y en las maneras de la tierra. Los Ritos de los Guardianes del Día nos inician en el proceso de sanar nuestra parte femenina interna, nos ayudan a ir más allá del miedo y a practicar la paz.
El sexto es el "Rito del Guardián de la Sabiduría". Las leyendas dicen que la sabiduría antigua reside en las altas montañas. Los picos nevados, así como cualquier otra montaña alrededor del mundo, eran reverenciados como lugares de poder, desde el Monte Sinai hasta el Monte Fuji y el Monte Olimpo, que han sido honrados como lugares en donde los humanos se encuentran con lo divino. El linaje de los Guardianes de Sabiduría es el de hombres y mujeres de medicina del pasado que vencieron a la muerte y están más allá del tiempo. Este rito te ayuda sanar nuestra parte masculina interna. La labor del Guardián de Sabiduría es proteger las enseñanzas de medicina y compartirlas con otros apropiadamente. Este rito nos ayuda a ir más allá del tiempo, tocando el infinito.
El séptimo es el "Rito del Guardián de la Tierra". Este rito nos conecta con el linaje de arcángeles, guardianes de nuestra galaxia. Se dice que estos guardianes tienen forma humana y son tan altos como los árboles. También te conecta con las estrellas y el sol, nuestra estrella local, Los Guardianes de la Tierra, cuidadores de toda forma de vida sobre el planeta, entran bajo la protección directa de estos arcángeles y pueden adquirir su poder cuando lo necesitan para traer orden y sanación a cualquier situación. El rito de los Guardianes de la Tierra nos ayuda a aprender las formas del Vidente y a soñar el mundo en lo que será.
El octavo es el "Rito del Guardián de las Estrellas". Este rito nos ancla de forma segura al tiempo que vendrá después del gran cambio que se dice ocurrirá en, o alrededor del año 2012. De acuerdo a la tradición, cuando recibimos este rito, nuestro cuerpo físico empieza a evolucionar en el del Homo luminous. El proceso de envejecimiento se detiene y nos hacemos resistentes a enfermedades que antes nos afectaban fácilmente.
El noveno es el "Rito del Creador". Cuando recibimos esta iniciación, despertamos la luz-Divina dentro de nosotros y quedamos a cargo del cuidado de toda la creación, desde el más pequeño grano de arena hasta la más grande conglomeración de galaxias en el Universo.
Cada uno de estos ritos y arquetipos es transmitido a nuestro aura y chacras en forma de semilla. Dichas semillas germinan con fuego y tenemos que realizar meditaciones de fuego para despertarlas y hacerlas germinar y crecer. Ayudan a limpiar el "lodo" psíquico de nuestros chacras para que éstos puedan brillar con su luz original conforme adquirimos el cuerpo arco iris. Estos ritos nos ayudan a soltar el pasado de la misma forma en la que la serpiente cambia de piel.
Cuando recibimos estos ritos quedamos a cargo del cuidado del tiempo venidero y de todas las generaciones futuras.
El noveno rito, el “Rito del Creador” fue transmitido por primera vez en el verano del 2006 en las Montañas Sagradas de los Andes.
Hasta hace poco, las nueve iniciaciones del Munay-Ki habían estado disponibles solamente para los guardianes de las sabidurías de Los Laikas; sin embargo, ha sido su petición y su mandato que sean transmitidos al resto de la humanidad.
Cierre de un espacio sagrado:
Se dirige al rumbo cardinal al cual se invoca.
Damos la gracia al viento del Sur, a la hermana serpiente,
Quien me envuelve de líquido suavemente alrededor mío.
Quien me ayuda a dejar el pasado, atrás mío,
Como sueles cambiar de piel, cada vez de nuevo.
Quien me enseña a seguir mi sendero de amor
Y me guía en el sendero de la belleza interior.
Damos la gracia al viento del oeste, a la madre jaguar.
Quien protege mi espacio medicinal Y me muestra el camino de la suavidad y de la paz.
Quien me enseña a vivir llena de desposesiones, sin angustia.
Y quien me muestra el camino más allá del miedo, más allá de la muerte.
Damos la gracia al norte, al hermano colibrí,
saludos a los abuelos, abuelas y antepasados.
Quien viene a mi, y se calientan sus manos en el fuego,
yo respeto todos los seres con los que he vivido,
y toda mi descendencia que vivirá en un futuro.
Damos la gracia al viento del oeste, a la gran águila, cóndor,
quien viene a mí desde su lugar tranquilo, cerca del sol naciente.
Quien me muestra las alturas, en donde solo me atrevo a soñar.
Quien me enseña a volar, aleteo por aleteo,
conectado con la gran fuerza del espíritu.
Damos la gracia a la Madre tierra, invocado con el amor gusto.
Quien ve que nos hemos reunidos para sanar a sus hijos
Por los minerales, vegetales, los de cuatro patas, dos piernas,
los que nadan, los que vuelan y los que se arrastran.
Todos nuestros familiares.
Damos la gracia al Padre cielo, Abuela Luna, hasta el reino estelar.
Gran espíritu, Usted que se hace llamar con más de 100 nombres.
Diferentes y el cual no se puede poner nombre.
Le agradecemos por reunirnos y por enseñarnos entonar la canción de la vida
para poder llevar una vida iluminada cada día.
MUNAY KI VIRACOCHA